Azufre pulverizable 92% correctivo kg.1

Azufre Mojable MORMINO

El Azufre Pulverizable MORMINO se prepara con un tratamiento húmedo que permite recubrir las partículas con dispersantes naturales que hacen innecesaria la formulación de microgránulos. De hecho, el azufre es un ingrediente activo no tóxico, por lo que la formulación de microgránulos es superflua; además, los microgránulos pueden no disolverse completamente en el agua, con el consiguiente peligro de obstrucción de las boquillas de las bombas.

Los azufres mojables MORMINO se caracterizan por una gran eficacia, ausencia de espuma y ausencia de fitotoxicidad, por lo que, en caso necesario, pueden utilizarse con seguridad incluso a dosis elevadas (700/900 g/hl). Presentan una finura caracterizada por una granulometría diferenciada, de forma que sólo la parte más fina del producto ejerce su acción de forma inmediata mientras que, progresivamente, las partículas menos finas ejercen su acción de forma gradual. Utilizados en la vid en las dosis más elevadas, nunca han provocado efectos cáusticos en el follaje, sino que garantizan una eficacia más duradera. (Los azufres coloidales, cuya finura es inferior a una micra, ejercen su acción inmediatamente, agotando rápidamente su eficacia y provocando efectos cáusticos).

Los Azufres Mojables MORMINO son específicos para la lucha contra el oídio en vid, manzano, melocotonero, rosal, alcachofa, etc.; también son eficaces contra la sarna en manzano y peral y ejercen una acción contenedora contra los ácaros. Por último, no hay que olvidar que el azufre es un elemento esencial en la vida vegetal (algunos aminoácidos como la metionina y la cisteína contienen azufre). 100 g/hl de MORMINO Azufre Mojable añadidos en cada tratamiento en plantas frutales (melocotón, manzana, albaricoque, etc.) hace que la fruta esté más sana y frondosa.

Cuando se utiliza el Azufre Mojable MORMINO, como nutriente o como tratamiento preventivo, las dosis pueden ser las más bajas; en cambio, en caso de fuertes ataques de oídio o en condiciones climáticas favorables a la enfermedad, utilizar las dosis más altas, sin riesgo de fitotoxicidad, obteniendo una mejor y más duradera protección antioídio.