Tejido protector Agrivelo 2,4 x 10 m Arrigoni

Tejido fitosanitario

Las bajas temperaturas invernales constituyen un grave factor de riesgo para los cultivos, ya sea en campo abierto o en un invernadero frío. Por no hablar de los episodios recurrentes de heladas otoñales o primaverales, durante el periodo de floración, que son aún más peligrosos, ya que el descenso de la temperatura se produce de repente, sin que la planta tenga oportunidad de adaptarse. De hecho, las heladas pueden necrosar las semillas y provocar la desecación de la parte aérea del cultivo, así como provocar paradas vegetativas y la caída precoz de las flores, retrasando o incluso poniendo en peligro la producción.

En el caso de las plantas de maceta, las raíces son más susceptibles a las fluctuaciones de temperatura que las del campo abierto, por lo que las bajas temperaturas y las heladas tempranas pueden provocar su muerte. Para hacer frente a las heladas se adoptan diversas contramedidas, que van desde el uso de ventiladores para agitar mecánicamente las capas atmosféricas de diferentes temperaturas, hasta el riego desde arriba, pasando por la extensión de películas de plástico o láminas de plástico perforadas sobre los cultivos, lo que, sin embargo, puede provocar un sobrecalentamiento excesivo del sustrato.

Características del producto:

AGRIVELO 17 es la protección ideal para hortalizas y flores. Al evitar la dispersión del calor y la humedad durante las fases más delicadas del cultivo, mejora y optimiza las cosechas de hortalizas de hoja verde, zanahorias, patatas, fresas, melones, etc. También favorece el enraizamiento rápido y homogéneo del césped.

Tejido sin tejer de polipropileno estabilizado a los rayos UV. No contiene ningún aglutinante químico y es totalmente atóxico. Cuando se coloca sobre cultivos en campo abierto, precociza su crecimiento y los protege de las heladas y los insectos. Permeable al aire y al agua, Agrivelo permite los tratamientos y el riego directo de los cultivos a través del velo.

No absorbe el agua, se seca inmediatamente con la lluvia y, debido a su particular ligereza, se levanta a medida que crecen las hortalizas. Permite adelantar la siembra y, al evitar la pérdida de calor y humedad en las fases más delicadas del cultivo, optimiza y mejora las cosechas.